El fútbol está en la calle, en los medios de comunicación, en nuestra conversación diaria, seamos o no aficionados; incluso en la de los más desafectos. Su jerga trasciende el ámbito deportivo de tal manera que puede resultar desapercibido, inadvertido, para muchos de nosotros.
Quién no sabe lo que es estar en órsay, casarse de penalti o que alguien nos meta un gol. Dicen que Rafael Sánchez Ferlosio, con su notoria aversión al deporte, lamentaba que ya no le engañaran a nadie, sino que le “metieran un gol”.
Algunas claves para entender el conflicto palestino israelí
Palestina, desde un punto de vista geográfico e histórico, es el nombre que recibe el territorio comprendido, aproximadamente, entre el valle del río Jordán y el mar Mediterráneo. Es la cuna del cristianismo, para los cristianos; la tierra prometida, para los judíos; el lugar desde el cual Mahoma ascendió a los cielos, para los musulmanes.
Cuando Yolanda Díaz recuperó la metáfora, cuasi poética, Desde el río hasta el mar, para apoyar el reconocimiento del Estado palestino, los muñidores de tormentas destaparon, otra vez, la caja de los truenos, y la líder de Sumar tuvo que aclarar que con ese lema no se pretendía arrebatar territorio a Israel, sino que fuera compartido por ambos pueblos, apoyando la solución de los dos Estados. Lema que, por otra parte, es utilizado por sus críticos para defender la Tierra Prometida, Eretz Israël. De hecho, Benjamín Netanyahu decía este mes de enero: “… debo aclarar que, en cualquier acuerdo en el futuro, el Estado de Israel debe tener el control total del área, desde el río hasta el mar”.
Los fusiladores han hecho del amanecer un tiempo de canallas. No sabemos por qué, pero el alba ha sido siempre el momento preferido por los ejecutores para descerrajar sus fusiles.
Tras la victoria de Donald Trump, o la derrota de Kamala Harris, todos los analistas se centran en el comportamiento del voto latino, de cómo han votado mujeres y hombres, blancos y negros, jóvenes y mayores, o cómo influye en el voto el nivel de estudios de los votantes, para encontrar respuestas al resultado de las elecciones.
No he leído ni oído nada sobre la abstención, sobre los estadounidenses que han decidido quedarse en casa, y cómo ha afectado ello a cada uno de los candidatos.
Cuando la mala baba nos hunde en la miseria política; cuando las manipulaciones, mentiras y bulos, son el pan de cada día; cuando la discordia se hace rampante y el griterío resulta ensordecedor, “bajar el tono”, efectivamente, es importante, pero no suficiente. Debemos preguntarnos qué nos está pasando y buscar respuestas.
A sus 78 años, el vocalista, guitarrista y uno de los compositores y líderes de la mítica banda londinense Pink Floyd, vuelve a escena; y lo hace en familia, aportando savia nueva del árbol de la vida.
¿Tienes una pistola en el bolsillo o es que te alegras de verme?… Nunca sabremos si Mae West se sintió satisfecha o decepcionada después de aquel encuentro. ¿Era paquete?, ¿era una pistola? Lo que sí sabemos es que Mae era una mujer con una personalidad arrolladora; una mujer fuerte, empoderada se diría hoy, que tomaba sus propias decisiones y que hizo feminismo de su feminidad.
Veleta, en el centro de la alineación del Vélez Club de Fútbol
Esta es la pequeña historia de una mujer que se hizo grande sin pretenderlo. Solo porque osó echarle el coraje necesario para colarse en un mundo de hombres.
Alineación del equipo que pugna por ganar el Mundial de la Historia del Arte.
En pie, de izquierda a derecha: Diego Velázquez (cap.), Miguel de Cervantes, Joan Miró, García Lorca, Paco de Lucía y Francisco de Goya; agachados: Luis Buñuel, Pablo Picasso, Salvador Dalí, El Greco y Antonio Gaudí.
Quizá sea más polémica que las de Luis Enrique, pero es un comienzo. El seleccionador y autor es Gradimir Smudja, pintor y dibujante serbio.
Yo habría introducido a Eduardo Chillida como portero.
Ocurrió hace muchos años, aunque en circunstancias políticas que algún parecido guardan con las actuales. Presidía el Gobierno de España Joaquín Chapaprieta, un antiguo liberal que había pasado, tras la caída de la Monarquía, a la Derecha Liberal Republicana y que había sucedido a Alejandro Lerroux en septiembre de 1935, cuando estallaron varios escándalos de corrupción. Sin mayoría en la que sostenerse, dependiendo de los votos de la CEDA, con los líderes socialistas y nacionalistas catalanes en la cárcel condenados por la revolución de octubre de 1934, su Gobierno estaba destinado a desaparecer sin pena ni gloria.
Santos Juliá nos recuerda que en aquel contexto se multiplicaron los mítines de precampaña. En el frontón Urumea de Donosti, el 10 de noviembre de 1935, José Calvo Sotelo, ante la crecida exigencia del nacionalismo vasco de dotar a Euskadi de su estatuto de autonomía, ya plebiscitado pero todavía no aprobado por las Cortes, pronunció una de esas frases para la historia: “No he dado la mano a ningún diputado nacionalista porque veo en ellos la tendencia a la desmembración de España, y, entre una España rota por el separatismo y una España roja, me quedo con esta última porque el solar quedará intacto”.